viernes, 1 de febrero de 2013

MANIFIESTO PARA LA RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO BIOLÓGICO DEL BOMBYX MORI ESPAÑOL EN EL EXTRANJERO


Estimados simpatizantes y medios de comunicación:

Desde la fundación de la AERCEGSA sólo nos ha motivado una aspiración legítima, un secreto olvidado por aquellos que en el pasado dedicaron su vida a la sericicultura y que siendo sinceros nos ha costado proteger… Hoy después de haber contactado con los sujetos implicados y haber informado a las Instituciones nacionales, ha llegado el momento de dar a conocer al gran público qué patrimonio biológico español es atesorado por manos extranjeras.

La novela de Alessandro Baricco y su argumento principal, puede ayudarnos a dibujar un paisaje en blanco y negro de finales del s.XIX principios del XX. Una industria en desplome por una plaga desconocida que hizo incluso que Monsieur Pasteur estudiase un método para erradicarla. Los empresarios y burgueses de la época se lanzaron en pos de la búsqueda desesperada de huevos libres de pebrina, enviando a comerciantes para que recorriesen medio planeta hasta llegar a las costas de Japón, donde hacía siglos se criaba el gusano de seda y que era mucho más resistente a la pebrina, amén de otras enfermedades. Desde ese momento los países europeos vinculados de manera importante con la industria textil de la seda, comenzaron a importar germoplasma exótico para satisfacer sus necesidades productivas y se crearon a su vez estaciones estatales para el estudio y mejora de las variedades existentes.

La historia de la seda en España no fue muy diferente, aunque la epizootia de pebrina tardó algunos años más en llegar, pronto la desolación y desplome de la ya residual industria de la seda se hicieron patentes. Los fabricantes y las instituciones de la época trajeron material genético originario de Oriente para ofrecer a los productores una solución temporal. Y es aquí donde nos detenemos; en un principio se pensó que sólo tuvo un sentido la introducción de especies foráneas… Para suerte nuestra, algunas de las especies autóctonas de la península y que resistieron el azote de la pebrina, llegaron a manos extranjeras, que las criaron años tras año en sus respectivos países. Cuidando con esmero lo que ni siquiera nosotros pudimos conservar. Un dato más, en la primera década del s. XX, la estación sericícola de Murcia llegó a atesorar hasta trece razas autóctonas de la península, de aquello sólo ha sobrevivido lo que la AERCEGSA guarda y… Lo que desvelamos en el siguiente Manifiesto…

El MANIFIESTO PARA LA RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO BIOLÓGICO DEL BOMBYX MORI ESPAÑOL EN EL EXTRANJERO (Aquí) es un documento publicado en change.org para información general y donde podéis mostrar vuestro apoyo firmando el manifiesto. Nuestras actuaciones estarán dotadas de mayor legitimidad si sentimos el respaldo de la sociedad española. Os animamos a que lo compartáis con amistades para que la noticia corra libremente de boca en boca. El día de mañana y con vuestra ayuda, volveremos a poseer un trozo de nuestra historia que nunca debió desaparecer…

Muchas gracias,

Junta Directiva de la AERCEGSA