Estimados
simpatizantes y medios de comunicación:
Desde
la fundación de la AERCEGSA sólo nos ha motivado una aspiración legítima, un
secreto olvidado por aquellos que en el pasado dedicaron su vida a la
sericicultura y que siendo sinceros nos ha costado proteger… Hoy después de
haber contactado con los sujetos implicados y haber informado a las
Instituciones nacionales, ha llegado el momento de dar a conocer al gran
público qué patrimonio biológico español es atesorado por manos extranjeras.
La
novela de Alessandro Baricco y su argumento principal, puede ayudarnos a
dibujar un paisaje en blanco y negro de finales del s.XIX principios del XX.
Una industria en desplome por una plaga desconocida que hizo incluso que Monsieur
Pasteur estudiase un método para erradicarla. Los empresarios y burgueses de la
época se lanzaron en pos de la búsqueda desesperada de huevos libres de pebrina,
enviando a comerciantes para que recorriesen medio planeta hasta llegar a las
costas de Japón, donde hacía siglos se criaba el gusano de seda y que era mucho
más resistente a la pebrina, amén de otras enfermedades. Desde ese momento los
países europeos vinculados de manera importante con la industria textil de la
seda, comenzaron a importar germoplasma exótico para satisfacer sus necesidades
productivas y se crearon a su vez estaciones estatales para el estudio y mejora
de las variedades existentes.
La
historia de la seda en España no fue muy diferente, aunque la epizootia de
pebrina tardó algunos años más en llegar, pronto la desolación y desplome de la
ya residual industria de la seda se hicieron patentes. Los fabricantes y las
instituciones de la época trajeron material genético originario de Oriente para
ofrecer a los productores una solución temporal. Y es aquí donde nos detenemos;
en un principio se pensó que sólo tuvo un sentido la introducción de especies
foráneas… Para suerte nuestra, algunas de las especies autóctonas de la
península y que resistieron el azote de la pebrina, llegaron a manos
extranjeras, que las criaron años tras año en sus respectivos países. Cuidando
con esmero lo que ni siquiera nosotros pudimos conservar. Un dato más, en la
primera década del s. XX, la estación sericícola de Murcia llegó a atesorar
hasta trece razas autóctonas de la península, de aquello sólo ha sobrevivido lo
que la AERCEGSA guarda y… Lo que desvelamos en el siguiente Manifiesto…
El
MANIFIESTO PARA LA RECUPERACIÓN
DEL PATRIMONIO BIOLÓGICO DEL BOMBYX MORI ESPAÑOL EN EL EXTRANJERO (Aquí) es un documento publicado en
change.org para información general y donde podéis mostrar vuestro apoyo
firmando el manifiesto. Nuestras actuaciones estarán dotadas de mayor
legitimidad si sentimos el respaldo de la sociedad española. Os animamos a que
lo compartáis con amistades para que la noticia corra libremente de boca en
boca. El día de mañana y con vuestra ayuda, volveremos a poseer un trozo de
nuestra historia que nunca debió desaparecer…
Muchas gracias,
Junta Directiva de
la AERCEGSA