Fueron estas las latitudes utilizadas para la cría del gusano, porque los sistemas montañosos de Sierra Morena, Sierra Mágina, Sierras Subbéticas y Sierra Nevada protegen amplios valles favoreciendo un clima templado mucho más apto para la cría del moral.
Hay autores (López de Coca) que creen que durante gran parte de la dominación árabe sólo se cultivaron amplios campos de morales (Morus Nigra) y que no se conoció el cultivo de la morera (Morus Alba) hasta la caida del reino nazarí de Granada. Pero García Gómez daba fe, que en los escritos árabes de la época, se hablaba del Tut al harir (morera) como productor de hoja para la industria serícola. La explicación del uso masivo del moral puede encontrarse en su resistencia a las heladas, muy habituales en dichas latitudes. Más adelante publicaré un artículo dedicado al trabajo del ingeniero Joaquín Rodríguez Navarro perteneciente al equipo de investigación de fruticultura del Instituto Murciano de Investigaciones Agrarias y Alimentarias (IMIDA), que ha identificado más de 46 moráceas, de las cuales 23 son autóctonas de la región.