miércoles, 2 de marzo de 2011

El capricho de Cortés.

  
 A la hora de investigar los restos de las valiosísimas cepas oriundas de nuestra península, no debemos pecar de excesiva acotación y olvidar que gran parte de los animales domésticos, han acompañado al hombre allá donde su sino le ha guiado. Esta es la historia de cómo la sericicultura española arribó al recién conquistado Imperio Azteca.
 Hernán Cortés (Monroy Pizarro Altamirano) conquista, con las reticencias de Diego de Velázquez gobernador de Cuba, un vasto territorio de centro América en un lapso de tiempo relativamente corto, tres años (1518-1521). En una de las ciudades, donde reclutaría apoyos para la definitiva caída de la capital azteca Tecnochtitlan (México capital), establece temporalmente su residencia, impulsando la creación de nuevas industrias y explotaciones agrícolas para enriquecimiento de su hacienda. Hablo de Cuauhnauac (que en lengua utoazteca viene a significar “junto o rodeado de árboles”) la actual Cuernavaca capital del Estado de Morelos.

  Tras su vuelta en 1523, después de someter a los últimos de Cuauhnauac, dispone todo lo necesario para la construcción de un palacio donde habitará su esposa Juana de Zúñiga (1526).
Palacio de Cortés.
Catedral de Cuernavaca.
  Tenemos constancia de la petición que hace en 1522 de moreras a Cuba para su encomienda de Cuernavaca (parte de su posterior marquesado del valle de Oaxaca) y la reiteración de dicha solicitud en el año siguiente (1523). De esta manera comienza el plantío de árboles en Tetecala y Ocotepec, para probar su desarrollo. Durante 1523 y 1524 trae simiente de gusano proveniente de España procurando su aclimatación. Pero los primeros intentos no fructificaron dada la tardanza de crecimiento de los árboles y la posterior muerte de muchos de los gusanos. Pero Cortés no cejó en su empeño, continuó plantando moreras. En 1530 se hizo cargo una especialista española que no consiguió gran cosa. Tendríamos que esperar a 1540, estando ya en España el conquistador, cuando su primo y apoderado Juan Altamirano recibe la tarea de conseguir seda en el Nuevo Mundo. Éste talará y replantará jóvenes árboles, además de contratar la ayuda de un nuevo experto, Cristóbal Mayorga (1545). Bajo su dirección aumentó considerablemente la extensión de cultivo de moráceas y se construyó una casa de campo en Yautepec, solar para el cuidado de gusano y capullo.
Tetecala.
Ocotepec.

Yautepec.
  En la primavera de 1546 se produjo la primera cosecha efectiva de seda, un año antes de la muerte de Hernán Cortés. Él nunca llegaría a verlo…

  Así fue como el I Marqués de Oaxaca llevó consigo el tesoro de la sericultura a México. En próximas entregas os enseñaré los posibles descendientes de aquellos primeros gusanos, emplazándoos a leer el artículo “La ciencia de la Orden Dominica”.
(Hacer clic)5 Rutas interactivas de Hernán Cortés. 

Xavier.