Existe la tradición medieval de marcar los hitos con una morera o un moral. Un ejemplo bien claro, lo podemos encontrar en la provincia de Burgos, donde los lugares de relieve civil o religioso suelen tener un indicador arbóreo en forma de morácea. El ejemplo más prosaico es el moral de Miñón, bajo el que se reunían los concejos de la Junta General de las siete Merindades de Castilla la vieja (1551-1835). Por desgracia no ha sobrevivido, pero en Burgos existe otro ejemplo, un moral coetáneo al de Miñon, vetusto árbol de más de 500 años que indica el lugar que ocupa otra joya, la iglesia románica de Santa María de Abajas.