Este edificio fue el más representativo de una época de Murcia ya que simbolizaba la vida económica, social, política y ambiental de la ciudad. Se construyó entre los años 1601 y 1608. Estaba situado en la plaza de Santa Catalina que por aquel entonces era el centro urbano de la ciudad. En este edificio era donde se realizaban las actividades relacionadas con el comercio de la seda: se fijaba su precio y se pagaban los diversos impuestos con que ésta se gravaba. En él se reunían personas de carácter muy heterogéneo: vecinos y forasteros, cosecheros y mercaderes, ricos y pobres, hombres y mujeres.
Además de estas actividades relacionadas con la seda, era la sede donde se realizaba la inspección del cambio de monedas de oro y plata, Sala de Armas de la ciudad, calabozo, archivo y, asimismo, donde se celebraron los ayuntamientos durante varios años.
Pedro Monte Isla, Maestro Mayor de la Catedral, recibió el encargo de diseñar y dirigir las obras. Según Belda, Pedro Monte recoge en el Contraste "todo el saber arquitectónico y estético del Bajo Renacimiento, fundamentado en el purismo herreriano, que se difunde en España en la primera mitad del siglo XVII, y al que incorpora el esquema general de sus fachadas". Estos elementos característicos de la época son: vano enmarcado por pilastras o columnas, frontón curvo, partido, pináculos herrerianos en los arranques del frontón, etc. Pero, además, Monte incorporó otras expresiones del manierismo como motivos aislados: encuadramientos de ventanas, balcones y puertas, capiteles-ménsula, etc.
"Las influencias renacentistas en general se reflejaron por otra parte en el exterior e interior del edificio, donde el patio central, arcado, correspondiéndose con los tres pisos del Contraste (bajo, principal y galería), sería una dependencia interior trazada al estilo del cortile italiano".
El Contraste está ligado a la tradición renacentista de la segunda mitad del siglo XVI, por consiguiente:
"…no puede ser considerado por su cronología como una muestra más del protobarroco meridional, sino como una manifestación peculiar de la arquitectura local, donde se combinan formas difundidas por el Manierismo, espíritu herreriano en ciertas composiciones (fachadas especialmente) y tradiciones locales. Se sitúa pues en una encrucijada estilística entre fines del Renacimiento y comienzos del Barroco."
A finales del siglo XVIII perdió su papel protagonista en el trato de la seda y comenzó a degradarse progresivamente. También fue afectado por un temblor de tierra. Fue declarado Monumento Nacional en 1923, pero a pesar de ello fue demolido en 1932, conservándose únicamente parte de sus fachadas norte y oeste en el museo de Bellas Artes de la capital.
La ruta de la seda Murciana.