viernes, 4 de marzo de 2011

La ciencia de la Orden Dominica.

Hernán Cortés no fue el único impulsor de la sericicultura en México, hay una tradición mucho más extendida que atribuye su patrocinio a un joven fraile dominico. Esta es la historia de cómo unos pocos religiosos, extendieron la ciencia y cultura del viejo mundo en el depuesto Imperio Azteca.
Escudo Dominico Santo Domingo de Oaxaca.
La memoria adjudica a fray Domingo de Betanzos, fray Gonzalo Lucero y fray Vicente de las Casas la fundación de la Orden Dominica en tierras mejicanas. Desde su llegada al puerto de Veracruz en 1526, se dedicaron a la infatigable tarea de la evangelización de un territorio muy amplio, casi coincidente con el actual Estado de Oaxaca.

Con el aumento de religiosos se fue edificando un complejo entramado de Conventos y templos, acogidos a la idea de acercar la fe católica a los nativos. Una red planificada de tal manera, que entre templo y templo existía una distancia de treinta y cinco kilómetros, una jornada de camino, para permitir las relaciones entre comunidades. Los Dominicos enseñaron oficios a los indios mientras iban construyendo sus respectivos templos, además les otorgaban un salario y tiempo de descanso. Los instruyeron en los métodos de la agricultura europea e introdujeron de forma paulatina las manufacturas gremiales españolas. 

Y es aquí donde nos detenemos… A fray Gonzalo Lucero, un andaluz de Huelva, le encargó fray Domingo de Betanzos (leonés de ascendencia gallega) la tarea de la evangelización del valle Oaxaqueño, exactamente en el territorio de Teposcolula, donde la comunidad religiosa estaría compuesta por tres novísimos sacerdotes.
San Pedro y San Pablo de Teposcolula, antiguo convento dominico del siglo XVI, capilla abierta.
El protagonista de nuestra narración es un joven fraile ordenado por el propio fray Domingo de Betanzos, que a no ser por su inmortalización en el Códice de Yanhuitlán, pasaría a ser otro nombre más de los muchos misioneros embarcados en la misión de Nueva España. El folclore de las naciones zapotecas y mixtecas, le atribuyen la introducción del gusano de seda en Oaxaca. Se llamaba fray Domingo de Santa María y llegó a ser vicario de la orden por estas tierras…
Códice de Yanhuitlán.
Poco más podría contaros… Pero, gracias al azar, no hace mucho tiempo, localicé una variedad de gusano nativa de México originaria de Oaxaca que le da nombre. Quizás éste sea el descendiente de aquellos que trajeron nuestros protagonistas…





Xavier.